Ciencia y pesca artesanal

Texto de la intervención realizada en el Taller "Pesca artesanal y sostenibilidad en España y Latinoamérica: Bases para la cooperación" (A Coruña, Noviembre 2004). Aquí el documento en versión pdf.

 

El papel de la investigación científica
como apoyo
al sector pesquero artesanal

Esta intervención presenta un análisis crítico y una visión personal de la relación entre organizaciones de pescadores y biólogos basado en la experiencia de nuestro grupo de investigación en el trabajo con las cofradías de pescadores gallegas. Se discutirán las causas del divorcio
existente entre científicos y pescadores y se plantearán las vías de acción que podrían dar lugar a cambios y contribuir a la sostenibilidad económica y ecológica de las pesquerías costeras.

¿Por qué falla la colaboración?

En Galicia no existe una cultura de colaboración entre las
organizaciones de pescadores y los biólogos
. Esta falta de cooperación y
trabajo conjunto se fundamenta en dos factores:

1) La política de subsidios y control que establecen las diferentes
administraciones públicas
(autonómica, central y europea). En general, la
experiencia nos demuestra que cuando un grupo de pescadores acude a un equipo
de biólogos para buscar soluciones a un problema de sobre-explotación de un determinado recurso lo que realmente
están demandando no es tanto una solución para la recuperación o conservación
del recurso, si no financiación para solventar (a corto plazo) la crisis
económica que representan los descensos de capturas. Y la solución financiera a
corto plazo, en nuestro entorno, la proporciona la administración mediante subsidios.
En pocas palabras, el objetivo de las organizaciones de pescadores es la
sostenibilidad económica, que se obtiene vía subsidios y no por una explotación
sostenible.

Yendo un poco más allá, cabe
preguntarse el porqué de esta falta de iniciativa de los propios pescadores por
el cuidado de los recursos. La existencia de un régimen de facto de acceso
abierto
en la mayor parte de pesquerías es la causa profunda que se esconde
en este comportamiento de los pescadores y sus organizaciones, que supone un
garve peligro para el futuro a largo plazo de la pesca como actividad económica
sostenible. La introducción de restricciones de acceso y la asignación de
derechos territoriales de uso que se ha producido en Galicia en el caso de los
recursos específicos es un buen ejemplo de cómo una modificación de las reglas básicas de juego puede generar un
importante cambio en la mentalidad y concienciación de los pescadores. De este
modo, los pescadores han pasado de ser los receptores y ejecutores de las
regulaciones y ayudas proporcionadas por la administración a ser agentes
activos en la discusión de los problemas y en la toma e implementación de
decisiones.

2) Problemas de diálogo (lenguaje
común
) y comprensión mutua entre científicos y pescadores (y sus dirigentes
dentro de las organizaciones).
Como una consideración previa debemos tener
en cuenta que, en realidad, la principal relación directa entre biólogos y
organizaciones de pescadores se establece a través de los gestores, y este
vínculo es la clave para que la cooperación sea fructífera. Encontramos dos
problemas diferenciados en cuanto a la falta de un lenguaje consensuado y
comprensible por ambas partes:

a) los biólogos suelen buscar soluciones “teóricas” y no adaptadas a
las circunstancias locales
, lo que provoca una falta de comprensión y
rechazo por parte de los pescadores. Un ejemplo, son las propuestas de
reducción de esfuerzo (medido en los modelos con parámetros como la mortalidad
por pesca F) cuando en la mayor parte de las pesquerías (y en prácticamente
todas las artesanales gallegas) no conocemos el nivel de esfuerzo existente ni
como podemos medirlo. Otro ejemplo es el establecimiento de cuotas de pesca
cuando no existen estadísticas de capturas fiables o no se han realizado
evaluaciones cuantitativas de los stocks. En resumen, los biólogos confundimos
nuestras herramientas de trabajo (las teorías y los modelos que nos permiten
comprender la naturaleza, en este caso la evolución de una pesquería y el
estado de los recursos) con las herramientas de gestión (regulaciones técnicas
que permitan cumplir unos determinados objetivos de sostenibilidad). El trabajo
biológico puede, y debe, ser todo lo sofisticado y complejo que queramos, pero
la gestión debe ser simple, con el fin de que sea comprensible, aplicable y
controlable. En cualquier caso, el biólogo debe tener una perspectiva “glocal”:
global en sus conocimientos teóricos, y local en su comprensión del problema y
diálogo con los pescadores y otros usuarios.

b) Los pescadores y los gestores (desgraciadamente tanto en las
organizaciones de pescadores como en la administración pública) no conocen lo que realmente les pueden
aportar los científicos en la resolución de sus problemas
. Los pescadores y
gestores acuden a los biólogos normalmente en situaciones de una crisis aguda
buscando una respuesta y/o solución rápida y sencilla, y a muy corto plazo. Y
el momento de solicitar la ayuda suele ser demasiado tardío, cuando la causa
del problema ya no es corregible y, en muchos casos, detectable. Existe una tendencia
a acudir a los técnicos sólo ante problemas concretos y buscando respuestas
urgentes. Muchos de estos problemas son en realidad triviales pero muy visibles,
por ejemplo casos de contaminación puntual y aguda que generan fuertes
mortalidades localizadas. Es mucho más raro que surjan demandas de asesoría
técnica ante problemas más complejos, no catastróficos, pero con consecuencias
para la abundancia de los recursos mucho más graves (por ejemplo, excesos e
esfuerzo pesquero o modificaciones de hábitat que generan declives lentos pero
continuos de la abundancia de los stocks).

 ¿Cómo
crear las condiciones para iniciar el cambio?

Pasemos ahora a buscar soluciones
a los problemas planteados, lo que significa desarrollar nuevos modelos de
colaboración que permitan trabajar conjuntamente por una pesca sostenible,
tanto para los recursos como para los pescadores. Pero antes es preciso que se genere un nuevo contexto
que facilite la colaboración
, lo que, en mi opinión, pasa por dos cambios
imprescindibles pero no suficientes en la  p olítica pesquera.

1) Se necesita una reducción de los subsidios hasta su
eliminación
(la sostenibilidad real del sector pesquero pasa por su
rentabilidad e independencia económica). Esta transición puede ser larga y
tortuosa y se hace imprescindible una utilización
transitoria “inteligente” de los subsidios
: que realmente busquen ajustar
el esfuerzo a la realidad de los stocks (lo que implica reducciones de esfuerzo
en la mayoría de los casos), y que ayuden a crear una cultura en el sector
pesquero de rentabilidad y sostenibilidad económica y ecológica. Siendo
realista, sería deseable que, al menos, no sean un factor de distorsión y que,
de un modo perverso, empeoren el problema.

2) Desarrollar mecanismos legales de restricción efectiva del acceso y de
implementación de derechos de propiedad y/o uso
. No voy a profundizar aquí
en esta cuestión, pero creo que existen suficientes evidencias de todo tipo que
señalan que en el caso de pesquerías costeras con recursos de escasa movilidad
y explotadas por flotas artesanales este objetivo se consigue de un modo eficaz
mediante derechos territoriales asignados a comunidades de usuarios (TURFs),
Por el contrario, en el caso de las pesquerías oceánicas con recursos móviles y
flotas industriales, la solución ópitma parece ser la creación de sistemas de cuotas
individuales transferibles (ITQs). Son dos soluciones diametralmente opuestas,
que parecen ideológicamente contrapuestas, pero que desde un punto de vista
técnico son óptimas para dos realidades socioeconómicas y ecológicas muy
diferentes.

 Modelos
de colaboración entre científicos y pescadores

 Una vez las condiciones anteriores
se cambien, o se logre iniciar un proceso de cambio, los modelos e colaboración
deben presentar varias carácterísticas básicas:

1) Científicos y pescadores deben estar situados al mismo nivel en su
diálogo mutuo
, con el fin de lograr una comprensión de las necesidades de
ambos colectivos (cuáles son los problemas reales de las pesquerías y las
necesidades de los biólogos para poder realizar su trabajo) y de las
potenciales soluciones.

2) Visión a medio y largo plazo. Las colaboraciones deben ser estables,
resultado de una planificación estratégica de las organizaciones de pescadores lograda
mediante un proceso de análisis y discusión internos en que se identifiquen los
objetivos y planes de trabajo.

En este contexto, las colaboraciones deberían cubrir tres
aspectos clave para poder gestionar los recursos de un modo sostenible
:

  • Monitorización
    rutinaria de recursos y pesquerías con el fin de generar una base de
    información y conocimiento
    . Aquí los científicos deben apoyar el diseño de
    los métodos de monitorización y deben participar en el análisis de la
    información, pero el esfuerzo de recogida de datos debería recaer en gran
    medida en los propios pescadores. En este sentido, una opción muy interesante
    es la del “barefoot ecologist” expuesta
    por Jeremy Prince. Estos ecólogos
    descalzos
    serían miembros de las comunidades de pescadores que equipados
    con un conocimiento básico y unas herramientas sencillas pueden desarrollar
    trabajos de monitorización y evaluación de recursos. Los científicos deberían
    formar a estos “ecólogos descalzos” y aportarles un asesoramiento continuo.
  • Explorar
    nuevas oportunidades de mejora del sector
    : nuevos recursos explotables,
    cambios en los sistemas de gestión, introducción de cultivos, etc
  • Resolución
    de problemas concretos y previsión de futuras crisis
    . La existencia de una
    infraestructura de colaboración y conocimiento resultará básica para cumplir
    estos objetivos de un modo más eficaz que en la actualidad.

Cabría preguntarse como pueden las organizaciones dotarse del
apoyo científico que precisan
y lograrlo de un modo estable, teniendo en
cuenta sus limitaciones financieras y las restricciones que la propia
administración tiene para proporcionar este apoyo (además de la enorme
desconfianza existente entre pescadores y administración que dificulta, y
seguramente impide, un verdadero trabajo colaborativo). Ante este contexto, las
organizaciones de pescadores deben
buscar en el mercado
(sector privado, universidades) la experiencia científica que necesitan (ni más ni menos), combinar
este “outsourcing científico” con técnicos
“internos” adecuadamente formados (“ecólogos descalzos”).

Nuestro grupo, a pesar de que en
Galicia las condiciones no son claramente idóneas, trata de desarrollar su
trabajo dentro de esta estrategia de colaboración. Para ello identificamos los
escasos contextos donde es posible desarrollar este modelo (por ejemplo:
recursos específicos gestionados con sistemas territoriales, colectivos que han
comprendido que sus problemas radican en la sobre-explotación de los recursos y
no en la “escasez” de subsidios). Una vez contamos con contextos propicios, tratamos
de cumplir dos papeles: 1) facilitador de proyectos de desarrollo emprendidos
por las propias organizaciones, y 2) asesoría técnica para la evaluación de recursos
y propuesta de soluciones a situaciones de sobre-explotación o degradación de
la salud de los ecosistemas costeros.

1 comentario »

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  1. ALGUNOS COMENTARIOS INICIALES MUY GENERICOS

    Aunque es un tema a debatir, parto del principio que esta colaboraci?n tendr?a resultados beneficiosos para ambas partes: para la pesca y para la comunidad cient?fica. Para la pesca, porque presuponemos que una buena y honesta atenci?n t?cnica ayudar?a a mejorar la situaci?n del sector y para la comuidad cient?fica porque surgir?an nuevos retos y problemas (reales) a los que habr?a que darles una soluci?n.

    Es verdad que en Galicia no existe una “cultura de colaboraci?n” entre bi?logos marinos y sector pesquero (viceversa). Pero esta afirmaci?n crece en grado cuando la aplicamos al sector de la pesca artesanal. En la pesca industrial se da una mayor “colaboraci?n” entre equipo t?cnico (biologos, economistas) y armadores por motivos obvios: aquellos que se derivan de las caracter?sticas que definen a estas flotas y sus pesquer?as en sus aspectos biol?gicos (definici?n de stocks) econ?micos (grandes inversiones), jur?dicos y pol?ticos (el “juego” de las cuotas, las licencias y el “territorio”).

    Los pescadores artesanales en Galicia y sus organizaciones (cofrad?as) est?n instalados en una “cultura de resoluci?n de sus problemas” muy diferente. Con el caso anterior comparten “la pol?tica de las subvenciones” com?n de la PPE pero gestionada de forma distinta (tema ?ste importante que dejaremos para otro momento).

    ?POR QUE NO HAY COLABORACI?N?

    Hay un aspecto que debemos tener en cuenta para entender por qu? la pesca artesanal y sus organizaciones no consultan con grupos externos de t?cnicos espcializados en pesquerias para paliar algunos de los problemas que les acucian.

    En primer lugar, porque no tienen tradici?n de hacerlo. Lo que se traduce en que ignoran como hacerlo adecuadamente. Pensemos que los procesos de modernizaci?n y re-estructuraci?n de la pesca artesanal en Galicia es un hecho relativamente reciente. No tiene mucho mas de diez a?os. Esta “modernizaci?n” incidi? sobre todo en las infraestructuras portuarias y servicios, en la renovaci?n de la flota, en la re-ordenaci?n de algunas de sus pesquer?as y en la redefinici?n de sus organizaciones (las cofrad?as). Pero esto no ha provocado un cambio al mismo nivel en la mentalidad de las personas.

    En segundo lugar, porque el nicho de consulta a trav?s del cual pueden canalizar sus problemas es la Conseller?a de Pesca. De hecho, es este organismo quien les ha trazado los cauces de c?mo resolver sus problemas. La soluci?n de los mismos, sean de la naturaleza que sean, pasa por la consulta y aprobaci?n de dicha instituci?n. Si el problema es bi?logico, la conseller?a ofrece su equipo de t?cnicos; si el problema es de infraestructuras, la conseller?a ofrece fondos para dise?ar el Plan de Puertos, etc.

    Al menos en apariencia, la conseller?a tiende a “fiscalizar” (controlar) las soluciones que el sector tiene. Tiene los recursos econ?micos, tiene los recursos t?cnicos y tiene los recursos pol?ticos para ejercer esta “tutela” sobre las cofrad?as.

    Por otro lado, muchas cofrad?as de pescadores carecen de recursos econ?micos para establecer una estrategia de gesti?n diferente a la que la conseller?a ofrece. Las cofrad?as que disponen de estos recursos dificlmente los invierten en evaluaciones de recursos o en cualquier otro asunto relacionado con la escasez de los mismos.

    El sector no tienen una visi?n sist?mica de lo que es la pesca. Ven e interpretan los problemas de forma fragmentaria: lo pol?tico, lo organizacional, lo econ?mico, lo social y lo biol?gico generan para ellos respuestas espec?ficas para cada uno de los campos y al ser la conseller?a quien puede aportar la “soluci?n” menos gravosa para las arcas de la cofrad?a, no dudan en utilizarla. De este modo se est? construyendo un sector dependiente institucinalmente y sin iniciativas para paliar el presente y el futuro con seriedad. (SIGO OTRO DIA).

    Comentario por antonio#

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