Responsabilidad y monitorización

Hace dos meses que hemos comenzado con la monitorización pesquera.
Se puede decir que esta es la fase con mayor índice de incertidumbre porque depende fundamentalmente de la naturaleza de la propia actividad pesquera y sobre todo de la responsabilidad individual que vaya adquiriendo y asumiendo cada pescador.
Como ya sabréis, esta fase de se caracteriza por la participación directa y personal del pescador en el registro de la información diaria de sus capturas.

Los comienzos siempre son complicados, porque el pescador se encuentra con un trabajo adicional y novedoso al que debe adaptarse. Las respuestas adaptativas requieren siempre de un proceso de internalización que, más allá del propio trabajo de registro de datos, supone desbloquear ciertas ideas y percepciones para transformarlas en hábitos y rutinas incuestionables. Este “estado de descompresión” tiene lugar a nivel de la conducta individual, por eso existen diferentes grados de adquisición de competencias y responsabilidades en la participación entre cada uno de los pescadores.

Por otro lado, el entorno grupal y social es generador e impulsor de mayores cuotas de responsabilidad entre sus miembros. Así, en grupos más homogéneos y altamente cohesionados la participación entre los miembros suele ser mayor, como en el caso de la Cofradía de Cambados. En grupos donde existe más diversidad y menos cohesionados socialmente la participación varía, desde pescadores que han cubierto un pequeño número de registros diarios hasta aquellos que han cubierto cada uno de los logbooks diarios desde el comienzo de la monitorización, como el caso de Aguiño y Ribeira.

En los casos en que hemos detectado una participación desigual, estamos intentando incluir nuevos pescadores que participen en la monitorización. En estos momentos tenemos tres nuevas embarcaciones en Ribeira, y dos en Aguiño. En las próximas semanas existe la previsión de incluir alguna más.